sábado, 10 de mayo de 2008

ALGUNOS PAISAJES DE LA BELLA VENEZUELA

Rio Caroní

Morrocoy

Laguna de mucubajií

Cayo Francés. Los roques

Los Roques

Jají. Mérida

Pico Bolívar

Los Médanos de Coro

Represa del Guri






















jueves, 8 de mayo de 2008

El mundo debe prepararse para migraciones masivas de aquí al año 2050.

Entre 250 millones y un billón de personas podrían perder sus casas de aquí al año 2050 debido al impacto del calentamiento global.

El persistente aumento de las temperaturas en el planeta, podrían provocar migraciones masivas a niveles sin precedente. Cientos de millones de personas podrían verse obligadas a desplazarse debido a la escasez de agua y a la falta de alimentos. La mayor parte de África, centro y sur de Asia y sur de América, son las zonas desde las que podrían surgir estas migraciones.

Por otro lado, el incremento del nivel de los océanos será devastador en las zonas costeras del sur de Asia, en las islas del Pacífico Sur, en el Caribe, y en otras muchas zonas del mundo, donde las casas quedarán sumergidas.

Los Africanos del norte y oeste del continente podrían emigrar hacia Europa, mientras que la frontera del sur de los Estados Unidos, soportaría una mayor presión por parte de las migraciones procedentes del centro de América.

La Conferencia de las Naciones Unidas ha alertado a este respecto y ha advertido que el mundo debe prepararse para movimientos de personas masivos, debido al cambio climático. Según el Tratado de la Convención de Ginebra de 1951, los refugiados son personas que escapan por ser perseguidos por su estado. Un acuerdo que no incluye migraciones por cambios climáticos. Sin embargo, se está presionando para que la comunidad internacional cambie su teoría y se prepare para ayudar a los millones de desplazados previstos.

miércoles, 7 de mayo de 2008

MANIFIESTO POR EL CLIMA



“Frente al cambio climático, menos CO2”


Las asociaciones ecologistas, vecinales, de consumidores, sindicatos, plataformas ciudadanas, organizaciones sociales y de desarrollo convocantes, en representación de muchos ciudadanos y ciudadanas preocupados por el cambio climático, manifestamos la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que son la principal causa del mayor problema ambiental al que se enfrenta la humanidad.

El cambio climático está provocado por la actividad humana y sus impactos ya son evidentes. El IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas), en su último informe señala que la temperatura media ha subido 0,74º C en los últimos 100 años. Sin embargo, el IPCC también confirma que esos impactos se pueden mitigar estabilizando los gases de efecto invernadero de modo que no se superen los 2ºC de incremento de la temperatura global respecto a la época preindustrial, usando para ello las tecnologías actualmente disponibles o aquellas que se espera sean comercializadas en las próximas décadas e incidiendo en el ahorro energético.

Se trata además de un problema que afecta y afectará de forma más severa a los países empobrecidos que en modo alguno son responsables de su génesis. Entre las consecuencias más graves está la pérdida de producción agraria que aumentaría la inseguridad alimentaria, mayores dificultades para disponer de agua y mayor vulnerabilidad a enfermedades y catástrofes climáticas como sequías o inundaciones. Hay consenso en que el cambio climático hará crecer el número de refugiados ambientales.

En España esta subida de temperatura ha sido aún mayor y ello se ha traducido en que nuestros glaciares han reducido su extensión y las olas de calor y las sequías (como la que ahora padecemos) son cada vez más frecuentes. Es también perceptible una menor disponibilidad de recursos hídricos. Todos estos factores están teniendo ya graves consecuencias para sectores importantes de la economía como el agrario y el turístico.

Nuestro país debe reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero. El Gobierno no tiene excusas para no actuar con la contundencia que los datos reflejan, particularmente dado el aumento de las emisiones en España, muy por encima del límite marcado por el Protocolo de Kioto.

A finales de Enero, la Comisión Europea presentó el “Paquete energético europeo” constituido por diferentes documentos legislativos para reducir las emisiones Europeas. Consideramos que el objetivo de reducción establecido en este paquete es insuficiente ya que considera la reducción global del 20% de emisiones para el año 2020 para Europa de los 27, comparado con los niveles de 1990, cuando los científicos del IPCC hablan de que se necesitan reducciones en los países desarrollados de entre el 25% y el 40% para evitar impactos destructivos en los ecosistemas, la economía y las sociedades. También es este el nivel de reducción reflejado en el acuerdo alcanzado por Naciones Unidas en Bali, y es el propio objetivo de la Unión Europea.

Por ello pedimos a los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas que implanten objetivos, planes y medidas concretas y urgentes para luchar contra el cambio climático y al gobierno que lidere esta lucha abogando por objetivos dentro de la Unión Europea mas ambiciosos. Pedimos que el gobierno apoye objetivos de reducción dentro de la Unión Europea, al menos un 30% para el año 2020 y un 80% para el año 2050, y adicionalmente a ello destine fondos para financiar la adaptación en países empobrecidos y su desarrollo limpio, que pueden proceder de la fiscalidad sobre los combustibles fósiles y nucleares. Estos fondos deben acompañarse de transferencias de tecnología en condiciones justas y de un cambio en las reglas del comercio mundial que reduzcan las desigualdades.

Además, el reparto que se ha hecho entre los Estados miembros tiene un efecto perverso para algunos países como España que han aumentado mucho sus emisiones entre 1990 y 2005. El objetivo de reducción de emisiones para nuestro país es más ambicioso en 2012 que el propuesto para 2020. Esta inexplicable situación no incentiva medidas de eficiencia energética en sectores como la edificación y el transporte. Por ello, pedimos al gobierno que cumpla el Protocolo de Kyoto principalmente con medidas internas y se comprometa con objetivos nacionales para 2020 mucho mas ambiciosos que los establecidos en el Paquete energético, que en ningún caso deberán ser menos ambiciosos que los establecidos por el Protocolo de Kioto.

Asimismo, el objetivo del borrador de la Directiva europea relativo a energías renovables es insuficiente para España si se quiere mantener el liderazgo en el sector. No debe además olvidarse que en nuestro país existen abundantes recursos energéticos renovables, un tejido industrial potente y en claro desarrollo y un nivel científico y tecnológico puntero. Según los datos disponibles, en 2007, había en España unos 90.000 puestos de trabajo directos en energías renovables, que ascendían a casi 200.000 si también se consideran los empleos indirectos. Un empleo que además es estable y de alta cualificación. Considerando el gran potencial español, nuestro país podría asumir un objetivo superior a otros países con menores posibilidades para estos desarrollos. Pedimos que se establezca que, al menos, el 30% de la energía primaria en España proceda de fuentes renovables en 2020.

Los cambios más urgentes y necesarios deben centrarse en la planificación energética a medio y largo plazo (modificando las leyes del sector eléctrico y de hidrocarburos en lo que sea necesario). Deben establecerse objetivos para el ahorro de energía y la producción renovable, tales como: reducción de la demanda de energía primaria en un 20% respecto a 2005 para 2020, contribución de las renovables a la energía primaria del 30% en 2020 y del 80% en 2050, a la generación de electricidad del 50% en 2020 y del 100% en 2050, y a la climatización de edificios del 80% en 2050.

martes, 6 de mayo de 2008

El calentamiento global en la actualidad.


La temperatura media de la Tierra se viene calentando desde 1840, coincidiendo con el inicio de la revolución industrial. No obstante, no se puede establecer una relación de causa efecto, ya que la atmósfera no reacciona tan rápidamente. Sólo hay que observar que el verano comienza cuando el sol está más alto sobre el horizonte (durante todo el verano desciende) y ocurre que el sol alcanza su máxima altura en mitad del verano.

Desde 1840 también ha habido un período más frío (1950-1970), sin llegar a ser tan frío como en los años de la pequeña edad de hielo. Desde entonces el calentamiento ha sido continuo. Pero, ¿cuáles son las causas de este calentamiento? Normalmente se atribuye a la intervención antrópica en el planeta, a su capacidad para transformar el medio, pero no está tan claro como pudiera parecer. En este sentido, ciertos grupos ecologistas han soliviantado el debate con el propósito de atraer las voluntades a sus posturas. En los años 70, durante el período de frío relativo, la teoría más aceptada era la del enfriamiento global que nos llevaría a una nueva glaciación. La idea era que la contaminación obscurecía el brillo del sol y dificultaba la llegada de la radiación. Estaban en boga, entonces, los modelos del invierno nuclear, que surgieron durante la guerra fría.

Durante los años 80 comenzó a estar claro que había comenzado un periodo más caliente, así que el debate se trasladó hacia el calentamiento global que nos llevaría, en breve a un planeta invivible en el que hervirían los océanos. El gusto por el catastrofismo parece infinito. Hoy no se exagera tanto.


Para explicar el calentamiento global se comenzó a echar la culpa a diversos fenómenos: la deforestación, la contaminación de la atmósfera, el agujero de la capa de ozono, a El Niño, etc. Lo peor es que cada uno de esos fenómenos eran «capaces» por sí solos de producir el cambio del clima global y de una manera inmediata. Evidentemente, esto también es una exageración. Todos ellos contribuyen, en alguna medida, al calentamiento global actual (indudable), pero aún hay que determinar en qué medida y cuál es la inercia de la atmósfera para mostrar su influencia, y la capacidad del planeta para contrarrestar esos fenómenos. Puede ser que el calentamiento actual no se deba a ninguno de esos fenómenos y que la influencia de estos aún esté por mostrarse.

El problema es que desconocemos el por qué de este calentamiento, ni en qué medida la acción del hombre contribuye a ello. Además, hasta el momento, no ha habido una redistribución de los climas zonales, sino que los climas han tenido ciclos más cálidos y más secos, o más húmedos, según los casos; pero siempre dentro de los umbrales máximos y mínimos de cada clima. Por lo que sabemos el calentamiento global no implica un cambio climático. No es probable que en un plazo breve, varias décadas, el clima de la Tierra cambie tanto como para que haya una redistribución de los climas. En épocas históricas ya ha habido períodos más cálidos y más fríos sin que esto ocurra. Además, de la misma manera que no sabemos por qué se está calentando el clima, tampoco sabemos si volverá a enfriarse. Y es que el clima de la Tierra cambia naturalmente.

miércoles, 30 de abril de 2008

¿NOS ESPERA UNA NUEVA ERA GLACIAR?

Así lo advirtió un científico del Observatorio Astronómico de San Petersburgo, en Rusia, quien afirmó que, más que la actividad humana, son los ciclos solares los que modifican el clima global, y que tras los calores extremos que hemos vivido viene una etapa de mucho frío.


El 2005 fue el año más caluroso de la historia moderna, es decir, desde finales del siglo XIX, cuando se comenzó a registrar la temperatura de la superficie del planeta. Las altas temperaturas que se registraron en el mundo durante el año recién pasado - algo que realmente preocupó a los científicos - lograron superar a las que se produjeron en 1998 como consecuencia del fenómeno de "El Niño", debido a que la zona ártica registró más calor de lo normal.

La NASA mantiene registros confiables de las temperaturas de la superficie desde finales del siglo XIX, que actualmente obtiene gracias a mediciones de laboratorios en tierra y cálculos desde satélites de las condiciones en el mar.


Este resultado confirmó la fuerte tendencia que existe del calentamiento de la Tierra. Y es que - según datos de la NASA - desde mediados de la década de 1970, la temperatura del planeta se ha elevado en 0,6 grados centígrados, mientras que en todo el siglo XX la subida fue de 0,8 grados.



Cinco de los años más calurosos en el último siglo ocurrieron en los últimos ocho años. Lidera la lista el año 2005, seguido de 1998, 2002, 2003 y 2004. En 1998 tuvo lugar el fenómeno atmosférico de "El Niño", que consiste en un calentamiento de las aguas del Pacífico, lo que elevó la temperatura en todo el planeta.

El calentamiento actual se produce en todo el planeta, pero está más acentuado en las altas latitudes del hemisferio norte. La mayoría de los científicos cree que este fenómeno es debido a la emisión de gases que producen el llamado "efecto invernadero", como dióxido de carbono, metano y ozono.

No obstante lo anterior, en el año 2012 llegaría una nueva "mini era del hielo", que duraría hasta mediados de este siglo, y no sería precisamente el hombre el causante de este fenómeno.

Khabibulló Abdusamatov, un científico del Observatorio Astronómico de San Petersburgo, uno de los más importantes de Rusia, advirtió de esta nueva era del hielo y sostuvo que, más que la actividad humana, son los ciclos solares los que modifican el clima global. Dijo que tras los extremos calores vendrá una etapa de mucho frío en apenas seis años: por ahora las temperaturas no descenderán hasta el año 2012 cuando empice el período de frío.

Y aquí entran en juego los ciclos solares. El investigador explicó que en el siglo pasado el aumento de las radiaciones solares trajo un calentamiento de la corteza terrestre que ahora estaría llegando a su término.

En seis años el sol comenzará un nuevo ciclo, pero esta vez con una actividad reducida que concluirá entre el 2035 y el 2045, cuando las radiaciones de nuestra estrella lleguen a los valores mínimos para luego volver a subir.

En el pasado la Tierra ya vivió estos ciclos, más precisamente entre 1645 y 1705. Las consecuencias directas se sintieron en América Central y sobre todo en Europa, donde los holandeses vieron cómo sus aguas se congelaron.

Algo de historia... la Pequeña Era del Hielo

Durante aproximadamente quinientos años, específicamente entre 1350 y 1850, casi todo el mundo experimentó temperaturas más frías y climas mucho más inhóspitos de lo usual. A esta época se le conoce como La Pequeña Era de Hielo.

Durante La Pequeña Era de Hielo, el promedio total de las temperaturas era de 1-1,5 grados centígrados más frías de lo que son hoy. Las temperaturas más frías se dieron a causa de una combinación de menor actividad solar y grandes erupciones volcánicas. El enfriamiento hizo que los glaciares avanzaran, y que los árboles dejaran de crecer. El ganado y las cosechas murieron, y los humanos sufrieron hambrunas y enfermedades.

¿Coincidencia?

EN EL MEDIO DE ESTOS TRES MONUMENTOS NATURALES SE ENCONTRO EL MISMO TIPO DE ROCA ANTIGUA.



SALTO ANGEL.

Historia de la formación geológica del Parque Nacional Canaima.

Este parque esta sobre el Escudo Guayanes, el cual abarca las tierras al sur del Rió Orinoco, esta compuesta de dos formaciones geológicas.

Los cimientos Igno-Matamorficos, con una edad estimada de 2000 millones de años representa la vieja corteza del planeta. Estos cambios importantes pueden experimentarse en la zona geográfica donde se encuentra el Parque Nacional Canaima desde sus comienzos. Lo que hoy se ve es el resultado de una larga transformación geológica a través del tiempo hasta ha actualidad. Con dos mil millones de años de edad se remonta a los tiempos en que se estaba formando el súper continente Pangea, que incluye: América, África, Antarctica, Asia e Europa. Este continente comenzó a separase debido a la factura de la corteza de la tierra originando asi la formación del océano atlántico y creando las diferentes partes que hoy llamamos escudos. La zona geográfica del Escudo Guayanes, existió desde el comienzo.



DESIERTO DE SAHARA

Es el desierto cálido más grande del mundo, con unos 9.065.000 km² de superficie. Se extiende por el territorio de los siguientes países: Argelia, Túnez, Marruecos, Sahara Occidental, Mauritania, Malí, Níger, Libia, Chad, Egipto y Sudán, aunque se sabe que el Sahara se expande y contrae a ciclos regulares, de tal forma que sus fronteras con los distintos territorios son poco constantes.

Sobre él se han filmado infinidad de películas y reportajes, ademas de tener la arena mas fina y perfecta del mundo por su antiguedad, el Sahara sirve como un gran fertilisante para el planeta, ya que sus ventiscas de arena que recorren los cielos, están compuestas por quimicos que llevas millones de años desarrollandose, en 2005 cientificos estadounidenses encontraron en Venezuela exactamente el mismo tipo de roca que se encuentra en medio del Sahara, lo cual indica que en este desierto se encontraba un inmenso Mar.




GRAN CAÑON

Es una vistosa y escarpada garganta excavada por el río Colorado en el norte de Arizona, Estados Unidos. El Cañón está considerado como una de las maravillas naturales del mundo y está situado en su mayor parte dentro del Parque Nacional del Gran Cañón (uno de los primeros Parques Naturales de los Estados Unidos).

Will Gadd escala una pared de 120 metros de altura para descubrir el aspecto que tenía el Gran Cañón hace 70 millones de años. De esta manera, consigue revelar todo lo que esconden las capas de roca que conforman las paredes del cañón. A medida que el aventurero desciende, atraviesa desde desiertos hasta selvas tropicales. Finalmente, Will decide cruzar en kayak los rápidos más famosos de este emblemático lugar. Sólo aquí descubre los cimientos de Norteamérica, una densa capa de roca oscura sobre la cual se erigen los Estados Unidos. Es una historia de montañas desaparecidas, aventureros épicos y volcanes gigantes, que han moldeado una de las maravillas naturales más destacadas del mundo.

martes, 29 de abril de 2008

HOY ME PREGUNTO



¿Cuáles son las fuerzas que originaron la Tierra? ¿Qué tienen en común el Gran Cañón, la catarata más alta del mundo (el Salto Ángel, en Venezuela) y el desierto del Sahara? ¿Cómo se formó Hawai y la Gran Barrera de Coral? ¿Y qué es lo que hace que una montaña realmente se mueva?

Las maravillas naturales del planeta son auténticos trabajos en desarrollo. Acercándose a ellas, el aventurero Will Gadd y un grupo de científicos de todo el mundo se relacionan con las únicas y colosales fuerzas que formaron la Tierra. Las habilidades de Gadd lo convirtieron en la persona más adecuada para conseguir las muestras de roca que la ciencia necesita para desentrañar esta épica historia. Sobre los pliegues de la aurora boreal de Alaska, este capítulo descubre una pista sobre la formación del planeta. En la isla de Hawai, Gadd presencia el proceso de creación de los distintos continentes y en la Gran Barrera de Arrecifes de Australia descubre la forma en la que éstos se desplazaron. Finalmente, es testigo de cómo la erosión creó el escenario perfecto para el nacimiento de la catarata más alta del mundo y de la importancia de las aguas en el Gran Cañón.

LA SEPARACIÓN DE LOS CONTINENTES ES EVIDENTE...

Si tomamos unas tijeras y recortamos los continentes de un mapamundi, tendremos un rompecabezas interesante. Sorprende ver que algunas de las piezas embonan: la costa oriental de Sudamérica concuerda con la costa occidental de áfrica: la costa sur de Australia se ajusta a la Antártida, y la India se acopla casi perfectamente al cuerno de áfrica. Cuando los geólogos analizaron las rocas de estos apartados continentes, hallaron que las de Brasil y el suroeste de áfrica, por ejemplo, son muy similares y de la misma edad. Ambas tienen lo que se conoce como zonas de escudos, con rocas cuya antigüedad supera los 2,000 millones de años.

Al examinar con detalle esas regiones, la estructura rocosa se asemeja y muestran efectos parecidos de las fuerzas de glaciación, erosión y actividad volcánica sobre la forma del suelo. Además, en regiones semejantes hay fósiles parecidos de plantas y animales. Algunos continentes presentan características que sugieren que alguna vez fueron uno solo. La Antártida, por ejemplo, tiene carbón, producto de antiguos y frondosos bosques, y el centro de áfrica muestra indicios de erosión por enormes placas de hielo. En 1620 el filósofo inglés Francis Bacon fue el primero en señalar la semejanza entre Sudamérica y áfrica.

Pangea

Pangea


Pangea (Pangaea) es un supercontinente que se cree que existió durante las eras Paleozoica y Mesozoica, antes de que los continentes que la componían fuesen separados por el proceso de separación de las placas tectónicas y conformaran su configuración actual. Este nombre aparentemente fue usado por primera vez por el alemán Alfred Wegener, principal autor de la teoría de la deriva continental, en 1920.


Se cree que la forma original de Pangea fue una masa de tierra con forma de C distribuida a través del Ecuador. Ya que el tamaño masivo de Pangea era muy amplio, las regiones internas de tierra debieron ser muy secas debido a la falta de precipitación. El gran supercontinente habría permitido que los animales terrestres emigraran libremente desde el Polo Sur al Polo Norte.


El extenso océano que alguna vez rodeó una al supercontinente de Pangea se ha nombrado Pantalasa (Panthalassa).


Se estima que el origen de Pangea se produjo a finales del período Pérmico, (hace aproximadamente 300 millones de años) cuando de las aguas emergieron masas continentales, quedando todas unidas formando un solo cuerpo y rodeado por un único mar.


Se estima que, producto de los cambios y movimientos de las placas tectónicas, Pangea habría comenzado a fragmentarse entre finales del Triásico y comienzos del Jurásico (hace aproximadamente 200 millones de años). El proceso de fragmentación de este supercontinente condujo primero en dos continentes, Gondwana al sur y Laurasia al norte, separados por un mar circumecuatorial (mar de Tetis) y posteriormente a los continentes que conocemos hoy. Dicho proceso geológico de desplazamiento de las masas continentales (deriva continental) se mantiene en marcha hasta el día de hoy.


La formación de Pangea



Rodinia, la cual se formó hace 1.100 millones años durante el Proterozoico, fue el supercontinente del cuál derivaron todos los continentes subsecuentes. La existencia de Rodinia no descarta la posibilidad de la existencia de supercontinentes anteriores formados y desintegrados cíclicamente durante los 4.600 millones de años de existencia de la Tierra.


Gondwana siguió con varias interaciones despues de la formación de Pangea, que ocurrió después de Pannotia, antes del inicio de la era paleozoica (545 mda) y del Eón Fanerozoico.


El supercontinente menor Proto-Laurasia se desplazó lejos de Gondwana, y se movió a través del océano Pantalásico. Un océano nuevo se formó entre los dos continentes, el océano de Proto-Tetis. Inmediatamente, Proto-Laurasia se partió en varios segmentos para crear Laurencia, Siberia y Báltica. Esta separación también propició la generación de dos océanos nuevos, el Iapetus y Khanty. Baltica permaneció al este de Laurencia, y Siberia se sentó al noreste de Laurencia.


Durante el Cámbrico, el continente independiente de Laurencia (qué posteriormente se convirtió en Norteamérica) estuvo fijo en el Ecuador, rodeado con tres océanos, el océano Pantalásico al norte y al oeste, el océano Iapetus al sur, y el océano Khanty al este. Al inicio del Ordovícico, el microcontinente de Avalonia (una masa de tierra que se convertiría en los Estados Unidos, Nueva Escocia, e Inglaterra), se separó libremente de Gondwana y comenzó su viaje hacia Laurencia.


El segundo paso en la formación de Pangea fue la colisión de Gondwana con Euramérica. Durante el Silúrico, Báltica ya había chocado con Laurencia para formar Euramérica. Avalonia no había chocado con Laurentia todavía, y una vía marítima entre ellos (que era un remanente del océano de Iapetus) todavía se contraía al mismo tiempo que Avalonia avanzaba lentamente hacia Laurencia. Mientras tanto, Europa meridional se separó de Gondwana y comenzó a dirigirse hacia Euramérica a través del recientemente formado océano Rheic y colisionó con Báltica meridional durante el Devónico. Sin embargo, este microcontinente tan solo era una placa oceánica. El océano Kántico (el océano hermano de Iapetus), también se contrajo al mismo tiempo que un arco de la isla de Siberia chocó con Báltica del este (ahora parte de Euramérica). Detrás de este arco de isla estaba un océano nuevo, el océano Ural.


Al final del Silúrico el norte y sur de China se desplazó lejos de Gondwana y comenzó a dirigirse hacia el norte a través del océano Proto-Tetis y la apertura sur del océano Paleo-Tetis. En el período Devónico, Gondwana se desplazo hacia Euramérica, esto causo que el océano de Rheic se contrajera.


Al inicio del Carbonífero, el noroeste de África había tocado la costa sudeste de Euramérica, creando la porción meridional de las montañas Apalaches, y de las montañas de Meseta. Suramérica se movió hacia el norte con dirección a Euramérica meridional, mientras que la porción del este de Gondwana (la India, Antártida, y Australia) se dirigió hacia el polo sur desde el ecuador.


China del norte y China del sur se encontraban en continentes independientes. Hacia la mitad del Carbonífero, el microcontinente de Kazakhstania había chocado con Siberia (el continente siberiano había sido un continente separado durante millones de años desde la deformación del supercontiente Pannotia). Al final del Carbonífero, el oeste de Kazakhstania chocó con Báltica, cerrando los océanos Ural, y Proto-Tetis entre ellos (orogenia Uraliana), causando la formación de las montañas de Urales, y la formación del supercontinente de Laurasia. Éste fue la fase final para la formación de Pangea.


Mientras tanto, Suramérica había chocado con el sur de Laurencia, cerrando el océano Rheic, y formando a la parte sur de los Apalaches y las montañas de Ouachita. Para este tiempo, Gondwana se posicionó cerca del polo sur, y los glaciares se formaron en la Antártida, la India, Australia, África meridional y Suramérica. El bloque del norte de China chocó con Siberia al final de la era Carbonífera, cerrando por completo el océano de Proto-Tetis.



La separación de Pangea


Hubo tres fases importantes en la desintegración de Pangea. La primera fase comenzó al principio-mitad del Jurásico, cuando en Pangea se creó una grieta en el océano de Tethys al este y del Pacífico en el oeste. Esta falla ocurrió entre Norteamérica y África, la grieta produjo múltiples fallas, donde el río Mississippi fue la más grande de ellas. La grieta produjo un nuevo océano, el Océano Atlántico. El Océano Atlántico no se abrió uniformemente; el desplazamiento comenzó en el Atlántico Norte-Central. El Atlántico sur no se abrió sino hasta el cretáceo. Laurasia comenzó a rotar hacia la derecha y se movió hacia el norte con Norteamérica al norte, y Eurasia al sur. El movimiento en favor de las manecillas del reloj de Laurasia también condujo al cierre del Océano de Tethys. Mientras tanto, en el otro lado de África, se formaron nuevas grietas a lo largo de los márgenes adyacentes de África, de Antártida, y al este de Madagascar, lo que que conduciría a la formación del Océano Índico, que también se abriría durante el cretáceo.


La segunda fase importante de la desintegración de Pangea comenzó al inicio del cretáceo (hace 150-140 millones de años), cuando el supercontinente menor de Gondwana se dividió en cuatro continentes más pequeños (África, Suramérica, la India y Antarctica/Australia). Hace cerca de 200 millones de años, el continente de Cimmeria, según lo mencionado arriba ("la formación de Pangea"), chocó con Eurasia. Sin embargo, una nueva depresión se formaba. Esta depresión fue llamada el foso de Tethyan. Esta depresión pudo haber contenido lo que se conoce como el estrecho de Tetis, un estrecho responsable de la expansión del Océano de Tetis. Probablemente causo que África, la India y Australia se movieran hacia el norte. Al inicio del cretáceo, Atlántica, la Suramérica de hoy y África, finalmente se separaron de Gondwana (es decir, se separaron de Antártida, la India, y Australia), causando la apertura de un "Océano Índico del sur". En el cretáceo medio, Gondwana se fragmentó para abrir el Océano Atlántico del sur mientras Suramérica comenzó a moverse hacia el oeste alejándose de África. El Atlántico del sur no se desarrolló uniformemente, se separó de sur al norte como una cremallera. Así también al mismo tiempo, Madagascar y la India comenzaron a separarse de la Antártida y se movieron hacia el norte, abriendo el Océano Índico. Madagascar y la India se separaron hace aproximadamente de 100 a 90 millones de años durante el cretáceo tardío. La India continuó moviéndose hacia el norte con dirección a Eurasia a una velocidad de 15 centímetros por año (un record de movimiento tectónico), cerrando el océano de Tethys, mientras que Madagascar se detuvo y encallo con la placa Africana. Nueva Zelandia y Nueva Caledonia comenzaron a moverse desde Australia hacia el este en dirección del Pacífico, abriendo el mar de Coral y el mar de Tasmania. Desde entonces, han sido islas independientes.


La tercera fase principal (y final) de la desintegración de Pangea ocurrió al inicio del cenozoico (Paleoceno - Oligoceno). Norteamérica/Groenlandia finalmente se separó de Eurasia, abriendo el mar Noruego hace cerca de 60-55 millones de años. Los océanos Índico y Atlántico continuaron expandiéndose, cerrando el océano de Tethys. Mientras tanto, Australia se separó de la Antártida y se movió rápidamente hacia el norte, así como lo hizo la India hizo hace más de 40 millones de años antes, actualmente se encuentra en curso de colisión con el este de Asia. Australia y la India se están moviendo actualmente en dirección noreste a una velocidad de 5-6 centímetros por año. La Antártida ha estado en (o muy cerca) del polo sur desde la formación de Pangea (desde hace 280 millones de Años). La India comenzó a chocar con Asia hace cerca de 35 millones de años, formando la orogenia Himalaya, finalmente cerrando con esto la vía marítima de Tethys; esta colisión aun continúa hoy. La placa africana comenzó a cambiar su dirección, del oeste al noroeste hacia Europa, mientras que Suramérica comenzó a moverse en dirección al norte separándose de la Antártida, permitiendo por primera vez la completa circulación oceánica alrededor de Antártida, causando un rápido enfriamiento del continente y permitiendo la formación de los glaciares. Otros acontecimientos importantes ocurrieron durante el cenozoico, incluyendo la apertura del Golfo de California, el levantamiento de los Alpes, y la apertura del Mar de Japón. La desintegración de Pangea continúa hoy día, en la grieta al este de África; además, las colisiones en curso pueden indicar la creación incipiente de un nuevo supercontinente.